Para muchos alcohólicos el síntoma final e incuestionable de impotencia es la pérdida de control.
Esta aparece generalmente en tres áreas principales: cantidad, tiempo y lugar, y duración del descontrol.
Supongamos que un alcohólico asiste a una fiesta con la intención de beber solamente algunas copas. En cambio, bebe hasta un punto que excede su tolerancia e intenta conquistar a la mujer de un amigo suyo.
En realidad, él no quería emborracharse, incluso habría preferido no haber tenido que pasar por ese mal trance, pero lo hizo. Esto es un síntoma de pérdida de control sobre la cantidad de bebida.
Supongamos, por otra parte, que como resultado del episodio relatado y otros semejantes, promete a su mujer que se abstendrá completamente de beber durante un mes. Pero descubre que la vida sin alcohol es tan desdichada que bebe a escondidas cada vez que puede, cuidando de que su mujer no lo descubra. Y entonces, para poder beber un sábado que pasa en casa con la familia, tiene que hacer varias excursiones al garaje para «verificar la batería del coche», o pretextos similares. Mientras está allí bebe algunos tragos de su provisión secreta de coñac; o tal vez haya escondido una botella en el cuarto de baño para que lo ayude a sobrevivir a un plácido y tranquilo fin de semana en casa con los niños.
Ese es un síntoma de pérdida de control sobre el tiempo y el lugar de la bebida: generalmente en nuestra sociedad no se confunde el depósito del retrete con el mueble bar.
Otro ejemplo: imaginemos una alcohólica que aguarda la vuelta de su marido de un viaje de negocios.
«Beberé unas copas el jueves, se dice. Cuando él llegue el viernes por la noche no habrá ni una botella a la vista y jamás se dará cuenta.»
En cambio, él la encuentra dos días después, aturdida en el sofá de la sala y rodeada de botellas.
Ella no lo había planeado así.
Como el primer centenar de alcohólicos en AA eran bebedores empedernidos, muy avanzados en el desarrollo de su enfermedad, todos habían experimentado pruebas inequívocas de pérdida de control. Tal vez por esta razón escogieron el término «impotente» para describir su relación con el alcohol.
Estamos convencidos de que los orígenes de esta impotencia se encuentran en la tolerancia física al alcohol que puede comenzar años antes que los síntomas evidentes de pérdida de control.
Pérdida de control
Publicado por
Gabriel Tornaser
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