Síntomas de impotencia

Tolerancia
Los alcohólicos tienen fama de consumir alcohol en cantidades mayores que la normal sin que su sobriedad se altere de manera perceptible. Esto es un síntoma de tolerancia alcohólica.
En nuestra sociedad la tolerancia se considera como una ventaja social antes que como un posi­ble síntoma de alcoholismo. En efecto, es una ventaja para el bebedor ser capaz de consumir una considerable cantidad de alcohol en el transcurso de una noche sin dormirse, ofuscarse o ser desa­gradable con los demás.
Muchos ven esto como un indicio de una fuerza de voluntad superior o de firmeza de carác­ter y comprensiblemente nos preocuparemos más por una persona que se embriaga que por otra que permanece sobria.
Durante la mayor parte de la historia, la medi­cina dio por sentado que la legendaria gran to­lerancia del alcohólico era invariablemente el re­sultado de beber en exceso. Pero para muchos alcohólicos, esta tolerancia aparece relativamente pronto en su formación como bebedores, y en rea­lidad sirve para estimular el consumo de cantida­des de alcohol cada vez más grandes.
Si la bebida no entorpece tus actividades, ¿por qué no beber más? Esta tolerancia no deja ver al al­cohólico, ni a aquellos que lo rodean, el aumento de la cantidad o la frecuencia con que bebe.
En realidad, la tolerancia alcohólica es, proba­blemente, una adaptación compleja del cerebro y el hígado al alcohol, y posiblemente esta adapta­ción comienza pronto en el proceso de la enfer­medad.
Como otras facetas del alcoholismo, la toleran­cia tiende a cambiar a medida que la enfermedad avanza. Después de años de «protección» contra los efectos sedantes y embriagadores del consumo
excesivo de alcohol, la tolerancia puede abando­nar al alcohólico, y éste descubre que ahora tiene ataques de embriaguez, perceptibles para todos los que lo rodean, incluso si bebe menos que hace unos pocos años.
Así como el alcohólico es impotente ante la to­lerancia, también lo es para deshacerse de ella.

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